Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1882-1883 (Cortes de 1881 a 1884)
Sesión: 7 de abril de 1883
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: 82, 1867-1868
Tema: Reforma de los artículos del Reglamento relativos a la fórmula del juramento

El Sr. PRESIDENTE: El Sr. Presidente del Consejo de Ministros tiene la palabra.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Voy nada más a decir dos palabras al señor Castelar.

Yo no he faltado a Dios ni he tenido que salvar al Rey; yo no he hecho más que procurar el cumplimiento de un precepto liberal que S. S. ha perseguido por mucho tiempo, que es, la tolerancia religiosa y la idea liberal, que yo creía que S. S. insistía en ella, de que todos los ciudadanos españoles son aptos para todos los cargos, cualquiera que sea la religión que profesen; y ahora sacamos en consecuencia que para el Sr. Castelar no puede ser Diputado el que no sea católico apostólico romano. (Denegación en los bancos del Sr. Castelar.) ¿No es eso? Pues lo parece; porque yo no he hecho más que procurar la armonía del artículo de la Constitución que preceptúa la tolerancia religiosa, con la forma del juramento, ni más ni menos. ¿Es eso lo que S. S. combate? ¿Combate acaso la libertad religiosa?

Su señoría cree que las instituciones salen maltrechas de la discusión de hoy; S. S. puede creer lo que tenga por conveniente, pero a mí me parece lo contrario; yo creo que las instituciones están arraigadas y que no se lastiman con las discusiones. Pero de todos modos, yo insisto en que lo que se ha hecho es lo que se debía hacer; porque S. S. ha debido pedir esto mismo que estamos ahora realizando. Ya que no se podía abolir el juramento, porque para eso no había fuerza, ha debido S. S. procurar que se realizara esto, porque es un verdadero paso en el camino de la libertad; de la libertad religiosa, que S. S. ha proclamado como la primera de todas las libertades, y como eso es lo que por último se resuelve en esta fórmula, me choca mucho que S. S. la combata. Ya en su discurso S. S. me lo dejó entrever; ¿pero quiere S. S. que le diga por qué no me hice cargo de su observación? Por el cariño que le tengo a S. S.; porque S. S. ha venido a decir en el discurso, que prefiere la fórmula actual a la fórmula con la cual pretendemos sustituirla. Eso ha dicho S. S., y eso, permítame S. S. que le diga que es contrario a la [1867] libertad religiosa y a la Constitución del Estado en su parte más esencial, en lo tocante a la libertad.

Y como yo no quería hacer resaltar esta contradicción en un hombre liberal como S. S., y en un republicano tan sincero como S. S., me lo he callado; pero ahora ya lo ha descubierto demasiado S. S., y ahora sus amigos le atacarán de veras. [1868]



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